"Decidí que, de todos mis oficios terrestres, el violento oficio de escritor era el que más me convenía"
Rodolfo Walsh

domingo, 7 de febrero de 2010

Un cuento para tu lluvia


Es que creer en Fidel es necesario Morell, como quien deja de buscar pelos al huevo – decía Raquel con las manos inquietas, pitando una y otra vez. Y yo sabía cómo terminaban aquellas charlas. Es que ella no soportaba que yo opinara distinto, consideraba la amistad, o el amor, como una balanza totalmente equilibrada, como X igual a X. Al segundo mes de convivencia supe que su terquedad podría más que cualquier sensatez, por lo que me incliné a la resignación, a la sonrisa suave, a tomarle una mano y acariciarla mientras ella se encendía con cada palabra, revoloteando su mirada en mí, en la ventana, en el cuadro del Che.

Durante cinco años la deseé como a nadie, pero de una manera que Raquel ni siquiera lo sospechó. Me creí el cuento del buen enamorado, con óptimos resultados. Noches y noches de lecturas, whisky, Tiersen y cigarros. Ella iba por ahí, y a mí me quedaba exacto.

La fortaleza de la isla, el empeño del viejo, y la mierda que nos rodea, yo lo necesito Morell, yo creo en Fidel. ¿Por qué me miras así? ¿Vos no? ¿Desde cuándo pensamos distinto nosotros? Era el momento, le tomé la mano, le acaricié los dedos largos, y la besé con los ojos. Decime, Morell. Entonces la llevé a la cama.

La amaba tanto, pero no pude enseñarle a aceptarme, aceptar cualquier otro. Mis tácticas fueron estrategias de evitar cualquier enfrentamiento cotidiano. Eso de amoldarse no iba para Raquel, pobrecita, Raquel.

La consentía, hace poco puedo decirlo. Es que decirlo y aceptarlo, es saberme en parte culpable. Cuántos repasadores quemó porque yo nunca le dije lo peligroso de dejarlos cerca de la hornalla, pero ella se reía, y mi reto era la sonrisa suave, morderme el labio entre la sonrisa suave. Y ella se reía más, porque le gustaba mi complicidad o el reto-sonrisa. No me pueden culpar por haberme enamorado. A fin de cuentas, mi aporte fue de enamorado.

Dejé que llevara a Tobías, el perro, al casamiento de mi hermana. El animal, que vivía encerrado en un departamento, corrió por todo el salón, apenas pude convencerla para que lo dejemos afuera. Cuando el sol se entrometió en la fiesta salimos a buscarlo, pero sólo encontramos los destrozos que Tobías había hecho en el cuidado parque, en los finos canteros, en las nomeolvides, y de él, ni rastro. Raquel lloró todo el camino a casa, y repetía “a Tobías Dos te juro que lo cuido, qué estúpida que soy”. Pero a Tobías Dos se lo llevó con ella al mercado y lo pisó un auto. ¿Qué podía hacer yo? Dejé pasar un mes y le traje a Tobías Tres, pobre Raquel.


El día que nos mudamos estaba tan feliz, tan hermosa. Teníamos una cama, un sillón y una radio con pasa cassette. Nos sentamos en el piso con café y un atado, decidimos que así sería la inauguración. El café nos desveló, de manera que a las tres de la mañana salí a comprar cigarrillos, y unos chocolates. Era invierno. Raquel se quedó descalza en el balcón. Cuando me vio cruzando la calle me gritó que no olvide los preservativos, pero yo los olvidé. Esa noche quedó embarazada. Qué te hice Raquel… una nena y una nena.

Te arrancaron de mis brazos. Era miércoles, yo había llegado hacía un rato. Vos estabas con la panza, preciosa. Y te llevaron igual, no les importó nada.

De ahí en más yo trabajo, juego con Ana, como, me baño. Soy una rutina fría. Pienso que sin vos no podría hacerlo, pero allí estás, todos los días, descalza en el balcón, y sabés que estoy ahí, espiándote, atrás del álamo. Ana sólo te ve los sábados, y vos le sonreís, como hacías con cada niño, con cada perro en la calle. Estás flaca, pálida, tus ojos se apagaron. Pero yo te amo tanto, Raquel. Yo voy todos los días a espiarte, y me ves. Los sábados tomamos el té, hasta que vos te aburrís y seguís al muchacho de pelo largo. Decís que él es el papá de tu muñeca. Y yo los miro mientras se alejan por los pasillos celestes, de la mano y en pantuflas.

P.S.P.
X’09


...

4 comentarios:

Emi dijo...

Me encantó! va con el día, y tenes razón, que estés bien!
Besos!

Paula Pimentel dijo...

Gracias Emi :)

Palito Sosa dijo...

Maravilloso tu blog. Me gusta mucho la estética y el muy rico contenido. Saludos!!!

Paula Pimentel dijo...

Muchas Gracias Palito ;)
y bienvenido!

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